El Sacramento de la Reconciliación
En el sacramento de la Reconciliación, celebramos nuestro deseo de reconciliarnos con Dios y con los demás.
La palabra "reconciliación" se deriva de una raíz latina (concilium), que significa “pestaña”. A través del pecado, le damos la espalda a Dios y a nuestro prójimo, y a través de la reconciliación nos damos la vuelta para estar cara a cara, “pestaña a pestaña” de nuevo con Dios y con nuestro prójimo.
En la Iglesia Católica de la Sagrada Familia, reconocemos que a lo largo de los siglos un énfasis excesivo en el pecado y en la culpa personal ha resultado en una gran auto-degradación. También sabemos que Dios ama y perdona a todos, a pesar de nuestras faltas y debilidades (Jn 8,3-11).
Todos los sacramentos de la Iglesia son encuentros con Cristo, así que todos implican el perdón de los pecados. Sin embargo, si desees celebrar el sacramento de la reconciliación con un sacerdote u obispo, no dudes en hablar con él o ella. Ten en cuenta que el “sello confesional” es absolutamente inviolable, y que ningún confesor puede traicionar la confianza de cualquier penitente, de palabra o de hecho.
Como es el caso con todos los sacramentos y celebraciones, no se cobra ninguna cuota para la celebración del sacramento de la Reconciliación en la Iglesia Católica Norteamericana. En honor de la ocasión, como símbolo de su gratitud a Dios, si deseas hacer una donación a la iglesia y/o al ministro que preside, puedes hacerlo a tu discreción.
La palabra "reconciliación" se deriva de una raíz latina (concilium), que significa “pestaña”. A través del pecado, le damos la espalda a Dios y a nuestro prójimo, y a través de la reconciliación nos damos la vuelta para estar cara a cara, “pestaña a pestaña” de nuevo con Dios y con nuestro prójimo.
En la Iglesia Católica de la Sagrada Familia, reconocemos que a lo largo de los siglos un énfasis excesivo en el pecado y en la culpa personal ha resultado en una gran auto-degradación. También sabemos que Dios ama y perdona a todos, a pesar de nuestras faltas y debilidades (Jn 8,3-11).
Todos los sacramentos de la Iglesia son encuentros con Cristo, así que todos implican el perdón de los pecados. Sin embargo, si desees celebrar el sacramento de la reconciliación con un sacerdote u obispo, no dudes en hablar con él o ella. Ten en cuenta que el “sello confesional” es absolutamente inviolable, y que ningún confesor puede traicionar la confianza de cualquier penitente, de palabra o de hecho.
Como es el caso con todos los sacramentos y celebraciones, no se cobra ninguna cuota para la celebración del sacramento de la Reconciliación en la Iglesia Católica Norteamericana. En honor de la ocasión, como símbolo de su gratitud a Dios, si deseas hacer una donación a la iglesia y/o al ministro que preside, puedes hacerlo a tu discreción.